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Acuerdos Rusia-EU

Francisco Santiago | 27/02/2025 | 11:46

En 1972 Henry Kisinger en una entrevista con la periodista italiana Oriana Falaci comparó a los norteamericanos con la imagen de un vaquero "Los estadounidenses aman la idea de un cowboy solitario cabalgando por la pradera. Esta figura encarna nuestra visión de nosotros mismos: alguien que lidera, que es fuerte y que actúa solo. Es una imagen que nos gusta porque representa nuestro sentido de la independencia."
 
Esa visión del ex secretario de Estado de los Estados Unidos refleja la soberbia y autosuficiencia de una ideología construida por el imaginario colectivo de la fortaleza de los norteamericanos y en esa ideología justifican las acciones de su presidente basado en su predominio militar.
 
Mucha gente se pregunta ¿Cómo entender los acuerdos de Rusia y Estados Unidos? En la Unión Americana analistas ven las conversaciones entre los presidentes Trump y Putin como un triunfo del presidente ruso. 
 
Es obvio que es una relación basada en intereses, cada uno desea obtener algo del otro y basada en demostrar la virilidad hacia los ciudadanos y grupos de poder en ambas naciones y en este contexto es válida la frase de Jean Le Rond D’ Alembert “La guerra es el arte de destruir. La política el arte de engañarlos.”
 
A manera de refrendo de la posible alianza, en su reciente visita a Múnich el vicepresidente Vance señaló que Rusia no era el peligro, quelas amenazas para Europa no provenían del exterior, como Rusia o China, sino de una erosión interna de valores fundamentales compartidos con Estados Unidos, como la libertad de expresión. Criticó a Europa por suprimir ideas de la ultraderecha, considerando estas acciones como antidemocráticas.
 
El discurso Republicano y de la derecha internacional no es casual, esta arraigado en las teorías de Carl Shmitt sobre el conflicto, escrito fundamentalmente en su libro ¨El Concepto de lo Político¨  publicado en 1932en el cual existe una distinción tajante entre amigo y enemigo, sobre esta dicotomía se define la lucha en la arena política, no existen matices y como lo plantean actualmente los políticos del ala conservadora estamos ante conflictos existenciales, su narrativa apela a la subsistencia de la nación.
 
Al igual que Carl Von Clausewitz se ve a la guerra como una consecuencia de la política y en la cual la relación amigo – enemigo es llevada a los extremos, en esa lógica el mandatario toma medidas excepcionales incluso pueden llegar a suspender derechos y tomar decisiones excepcionales par conservar el statu quo.
 
En suma, las naciones siempre actúan de acuerdo con sus propios intereses, debemos tomar en cuenta que la guerra se entra al terreno de la incertidumbre.
 
La demagogia estadounidense está sustentada en la narrativa de otorgar certezas y resultados inmediatos sin ambigüedades anclada en esa imagen del Cowboy galopando en las planicies.
 
La idea de que es solamente un bluf es errónea, dentro del caos creado por los discursos y amenazas hay una estrategia clara en primer lugar ofrecer certidumbre de su fortaleza a sus electores, en segundo lugar, influir en la agenda internacional desde una posición de poder y negociar con mayores ventajas. La propuesta es crear un nuevo orden internacional en el cual el rol de Estados Unidos sea regresar a ser la superpotencia económica, militar y tecnológica que fue en el siglo pasado y mantener una relativa hegemonía en el desarrollo tecnológico.
 
En el marco de esa lógica Trump declaró en la Conferencia de Acción Política Conservadora que está tratando de recuperar el dinero otorgado a Ucrania “quiero que nos den algo por toda la ayuda que le dimos. Pedimos tierras raras y petróleo cualquier cosa que podamos conseguir”
 
La llamada de Trump a Putin sobre posibles acuerdos sobre la guerra contra Ucrania tiene un ángulo que ha sido poco analizado y es la alianza Ruso - China. En esa ecuación de equilibrios entre estas dos super potencias entra Taiwán y aparece como un factor clave debemos considerar que la mayoría de los dispositivos como los teléfonos inteligente coches, computadoras dependen de chips fabricados en la isla que controla más del 50% del mercado global. 
 
En la configuración geopolítica Taiwán es uno de los mayores temas de desacuerdo entre Estados Unidos y China. Los semiconductores fabricados en Taiwán son el eje y pivote en el desarrollo tecnológico, los desacuerdos en esta región del pacifico propiciarían inestabilidad en la industria tecnológica y la economía mundial.
 
El Cowboy cabalga en las estepas rusas mandándole un mensaje a China. No hay que subestimar la visión estratégica del mandatario de los Estados Unidos, el tema de mayor interés es China y el mar de China meridional. Es un estrategia geopolítica y comercial tratando de generar un equilibrio de poder como el que existió durante la guerra fría y generar contrapesos y no permitir un mayor crecimiento de la influencia global de China.