¡Es viernes! Y también se calienta agua aquí, en la tierra donde no pasa nada: Aguascalientes. Pero la verdad es que SÍ PASAN COSAS y muchas; entre ellas las que aquí les platicamos.
Por ser viernes relajadito y sabrosón, nos trasladamos a el área de La Pona en la Cd. De Aguascalientes. La Pona tiene una veintena de años, en un duro pleito entre quienes respiran aire puro y quienes respiran billetes. Esa gresca, pelea, riña es origen de varias organizaciones ecologistas, como “Salvemos la Pona” y “Aguas con la Pona”, entre otras.
Aquí lo importante es que ya se siente en AwitasState el calorcito, y, con ello viene la época en que los depredadores del medio ambiente, mandan a sus esbirros, secuaces, partidarios a iniciar incendios que terminan con los mesquites y huizaches asentados en La Pona; uno de los pocos pulmones sanos que le quedan a la desertificada ciudad capital.
Este miércoles diecinueve, para amanecer jueves 20, ocurrió UNO MÁS de los incendios en La Pona, provocados por los fans de la neumonía colectiva; afortunadamente, a esas horas, andaban supervisando obras los funcionarios: Leo Montañez, alcalde de Aguascalientes y Carlos España, el mero mero de los servicios públicos municipales. Para pronto enviaron a la mezquitera, un par de unidades de bomberos, para echar MUCHA AGUA y terminar con el intento número 534 de acabar con La Pona, pulmón urbano.
A Leo Montañez y Carlos España les ofrecemos agua fresquita de limón con chía por su pronta respuesta. A los que iniciaron el incendio número 534 en La Pona, aquí les espera su bañito de asiento con agua hirviendo, por codiciosos. ¡Ja!
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Como agua que corre, nos llegó el rumor de la intervención quirúrgica de Nora Izaguirre, una muy querida profesora de inglés que hace un par de años fue injustamente despedida de su trabajo en funesto colegio.
Norita, como es nombrada con cariño, lucha contra un agresivo cáncer que le ha cambiado la agenda, PERO NO el ánimo, eso jamás.
Norita, como otras mujeres y como otras personas, pelea duro contra el infame enemigo que es el cáncer, y, en esa lucha, ellas y ellos necesitan de nuestra cercanía, de nuestras oraciones, de nuestra compañía: no les dejemos solos.
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Se llegó la hora de disfrutar de una agüita de horchata con o sin bacacho. Decía el maestro Ladislao Juárez que “un rato de vida, es vida”, y decía bien.
¿Verdad o rumor? Usted decida. Está a su razón, lo que esta opinóloga diga.