El mundo automotriz está en llamas. Nissan, una de las principales armadoras en México, amenaza con mover su producción a otro país si se concretan los aranceles del 25% que Donald Trump quiere imponer a las importaciones mexicanas. Esta advertencia ha encendido las alarmas en la industria, el gobierno y, sobre todo, en los miles de trabajadores y familias que dependen de este sector. ¿Estamos ante una crisis inminente o una oportunidad para redefinir nuestro futuro industrial?
La Tormenta Perfecta: Aranceles y Producción en Riesgo
México se ha consolidado como un pilar de la industria automotriz global. Hoy, más del 80% de nuestras exportaciones van a Estados Unidos, y la llegada de marcas como Nissan, Toyota, General Motors y Volkswagen ha convertido a nuestro país en el cuarto mayor exportador de autos en el mundo. Sin embargo, la fuerte dependencia de este mercado nos coloca en una situación vulnerable ante cambios políticos y comerciales.
Con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, resurge el fantasma de las políticas proteccionistas, impulsadas por su plan económico, que incluye aranceles más altos para fortalecer la producción interna y reducir la dependencia de importaciones extranjeras, particularmente en sectores estratégicos como el automotriz. Los aranceles del 25% que ha propuesto para vehículos y autopartes mexicanos amenazan con cambiar el juego. Si esto ocurre, Nissan y otras armadoras podrían reconsiderar sus estrategias de producción para evitar costos adicionales, lo que significaría una posible reducción de inversiones en México y hasta la reubicación de líneas de ensamblaje.
El impacto sería devastador: reducción de empleos, caída en la inversión extranjera y una crisis en las cadenas de suministro. En Aguascalientes, donde Nissan opera una de sus plantas más grandes de América Latina, miles de familias dependen de esta industria. Si la marca japonesa decide mudarse, la pérdida económica sería incalculable.
El Dilema de Nissan: Quedarse o Salir de México
Makoto Uchida, CEO global de Nissan, ha declarado en una entrevista reciente con Reuters que la empresa analiza seriamente mover su producción fuera de México si los aranceles se concretan, debido al impacto financiero que esto representaría para la compañía. La compañía enfrenta un dilema estratégico: absorber el impacto de los impuestos y seguir operando en México o trasladar su producción a países con tratados comerciales más favorables, como Brasil o Vietnam.
Por otro lado, la respuesta del gobierno mexicano no se ha hecho esperar. La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido clara: si Nissan se va, perderá su acceso privilegiado al mercado mexicano. Esta postura busca presionar a la automotriz para que mantenga su producción en el país, pero ¿será suficiente?
¿Crisis u Oportunidad? El Momento de Diversificar y Fortalecer la Industria
Más allá del temor que genera esta situación, la pregunta clave es: ¿qué podemos hacer para fortalecer nuestra industria y reducir la dependencia de Estados Unidos? Algunas estrategias clave incluyen diversificar los mercados, acelerar la apertura hacia Asia y Europa aprovechando tratados como el CPTPP y el acuerdo con la Unión Europea para enviar más autos a estos mercados. También es fundamental impulsar la manufactura avanzada, la electromovilidad y la inteligencia artificial en la industria automotriz mexicana. Empresas como Tesla y BYD están redefiniendo el mercado con vehículos eléctricos y producción inteligente, por lo que México debe participar activamente en esta transformación para no quedarse atrás.
Además, no basta con atraer inversiones, sino que debemos garantizar que el país tenga la infraestructura adecuada y una fuerza laboral altamente capacitada en nuevas tecnologías. Para ello, es crucial que las políticas públicas se alineen con las necesidades del sector privado para generar incentivos, financiamiento y estabilidad jurídica.
Reflexión Final: México No Puede Quedarse de Brazos Cruzados
El futuro de la industria automotriz mexicana está en juego. Nissan es solo el primer síntoma de una crisis mayor si no tomamos acción inmediata. No podemos permitir que las decisiones políticas de otros países dicten nuestro destino. Es momento de fortalecer nuestra competitividad, diversificar nuestras exportaciones y convertirnos en un referente global de innovación automotriz.
México tiene el talento, la infraestructura y el espíritu de resiliencia para salir adelante. Pero el tiempo apremia. Si no tomamos decisiones estratégicas ahora, el costo será demasiado alto.
¿Qué podemos hacer como empresarios, gobierno y ciudadanos para blindar nuestra industria? La respuesta está en nuestras manos. La acción es la clave del cambio. Porque el futuro no se espera, se construye.
Sobre la autora
Soy Erika Muñoz Vidrio, presidenta de CANACINTRA Delegación Aguascalientes, empresaria y autora de TransformAcción, un espacio que busca reflexionar sobre los grandes retos de nuestra economía y proponer acciones concretas. Mi misión es impulsar un desarrollo inclusivo que conecte la industria, la academia y la sociedad para generar un impacto positivo y sostenible. ¡Construyamos juntos un futuro próspero para México!
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