Sábado 31 de Mayo de 2025 | Aguascalientes.

La vocación es un don de Dios

P. Rodrigo Macías Mora | 15/02/2025 | 16:47

La vocación es un llamado de Dios al corazón del ser humano. Dios tiene sus modos a veces extraños y desconcertantes de llamar, con nadie actúa igual, Dios se vale de muchas cosas y situaciones para llamarnos.
 
El mes de febrero está dedicado desde tiempo atrás a la promoción de nuestro Seminario Diocesano. Esta ocasión me gustaría plasmar algunas ideas acerca del maravilloso don de la vocación sacerdotal.
 
El Evangelio de San Marcos en el capítulo 6 nos dice que “Jesús llamo a los que Él quiso para que estuviera con El“. Esta cita engloba el ser y también el quehacer de todo sacerdote: estar con Jesús. Al menos hasta este punto del evangelio Jesús nos deja en claro que lo que busca en las personas que El llama es que tengamos la inquietud y el entusiasmo de“ estar con Él”.
 
Pero, ¿para que estar con Jesús en medio de tantas cosas por hacer? Cierto es que todos vivimos llenos de cosas, el activismo siempre esta tocando la puerta de todos, hay mucho por hacer, a veces pareciera imposible pretender detenernos, pero en medio del ir y venir de nuestra vida Jesús nos enseña que todo aquel que pretenda seguirlo deba gustar en “Estar con Él”.
 
Los evangelios nos enseñan como Jesús se convirtió en un autentico formador para aquel primer grupo que conocemos como apóstoles Jesús fue paciente ante la intrepidez de Pedro, cercano ante el joven apóstol Juan y enérgico ante los momentos en los que la fe de los apóstoles vacilaba.
 
En su pedagogía formativa, Jesús se acerco a cada uno de los apóstoles, logrando así contagiar en el ser de cada uno de ellos su propia pasión por el Reino. La vocación es un llamado de Dios, un don valioso pues nada hay más maravilloso que saberse mirado por el Señor con ternura y amor.
 
La vocación es una mirada de Dios sobre cada uno de nosotros, quizá existen personas que nos crean indignos de sabernos llamados por Dios, y es verdad, todo sacerdote y consagrado cargamos sobre nosotros el paso de nuestra indignidad. Pero el Señor no busca personas “dignas“ sino personas que como Zaqueo se den cuenta de su “ baja estatura” y se animen a cruzar su mirada con el Maestro.
 
Querido joven: tú también puedes ser Sacerdote, anímate a plantearte esta cuestión en tu vida, seguramente sentirás miedo y miles de dudas asaltaran tu cabeza, pero la certeza de la compañía de Dios en la vida de cada llamado es capaz de consolar, animar e impulsarnos siempre, pues la presencia del Resucitado nunca defrauda.