Jesús María, AGS; La Instancia de Salud Pública del Municipio de Jesús María ha lanzado una nueva oferta de servicios de cosmetología a bajo costo, incluyendo liposucción sin cirugía, tratamientos reductivos, anticelulitis y antiflacidez por solo 100 pesos. Aunque la iniciativa parece atractiva para quienes buscan mejorar su apariencia física sin gastar demasiado, surgen serias dudas sobre la pertinencia y prioridad de este tipo de servicios dentro de un organismo que debería enfocarse en la salud pública.
En un municipio donde existen múltiples necesidades médicas urgentes, como el acceso a atención de calidad, medicamentos, prevención de enfermedades y tratamientos especializados, la inclusión de procedimientos estéticos dentro de un organismo de salud pública genera cuestionamientos sobre la correcta asignación de recursos y el verdadero impacto de estas acciones en la comunidad.
Si bien el acceso a tratamientos de belleza puede ser un extra bien recibido por algunos ciudadanos, resulta preocupante que un instituto de salud gubernamental priorice este tipo de servicios por encima de necesidades esenciales. No se ha especificado si estos tratamientos son realizados por personal especializado y bajo qué normativas sanitarias operan, lo que podría derivar en riesgos para quienes los utilicen.
La cosmetología y la estética no son enemigas de la salud, pero sí deberían quedar en segundo plano frente a problemas más urgentes. Antes de promocionar tratamientos reductivos y anticelulitis, el municipio debería enfocarse en acciones preventivas contra enfermedades crónicas, garantizar servicios médicos de calidad y mejorar la infraestructura hospitalaria. La salud pública no debería confundirse con la estética, especialmente cuando hay demandas médicas insatisfechas que afectan a cientos de ciudadanos.
