En un mundo que a menudo se mueve a un ritmo frenético, encontrar un sentido de propósito y equilibrio puede parecer una tarea muy complicada. Sin embargo, Stephen R. Covey, en su influyente obra "Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas", nos ofrece un camino claro y eficaz para alcanzar una vida plena y significativa. En particular, el séptimo hábito, "Afilar la sierra", resuena con la filosofía japonesa del Ikigai, un concepto que puede enriquecer y profundizar nuestra comprensión de este hábito vital.
Stephen R. Covey, introdujo el concepto de "Afilar la sierra" como una metáfora para la renovación continua y equilibrada de los cuatro aspectos fundamentales de la vida humana: físico, social/emocional, mental y espiritual. Este hábito enfatiza la importancia de invertir regularmente en uno mismo para mantener y mejorar nuestra eficacia personal y profesional en estos 4 ejes.
El Ikigai se representa a menudo como la intersección de cuatro elementos clave: lo que amas, en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita y por lo que puedes ser recompensado. Al aplicar esta filosofía a cada dimensión del séptimo hábito, podemos ver cómo se complementan y potencian mutuamente.
1. Renovación Física: El cuidado de nuestro cuerpo es esencial para mantener la energía y la vitalidad, por lo que podemos encontrar actividades físicas que no solo nos mantengan en forma, sino que también nos apasionen y nos ofrezcan un sentido de logro y propósito.
2. Renovación Mental: La educación continua y la estimulación intelectual son fundamentales. Podemos dedicarnos a estudiar y explorar temas que nos apasionan y que también pueden contribuir significativamente al mundo.
3. Renovación Social/Emocional: Las relaciones personales y profesionales son vitales para nuestro bienestar emocional, cultivando conexiones más profundas con amigos, colegas, familiares, sentimentales que resuenen con nuestros valores y pasiones, enriqueciendo tanto nuestra vida como la de los demás.
4. Renovación Espiritual: Encontrar un propósito más grande que nos impulse es el núcleo del Ikigai. En el ámbito espiritual, esto puede significar dedicar tiempo a la reflexión, la meditación o la práctica de creencias que nos conecten con algo más grande, alineando nuestras acciones con nuestros valores esenciales.
Al identificar y perseguir nuestro Ikigai, no solo afilamos nuestra sierra, sino que también encontramos una fuente inagotable de motivación y alegría.